4 de marzo de 2007

Hooked on Ugly Betty

Fueron varias las razones por las que mi curiosidad por Ugly Betty era mayúscula. Por un lado, *mucha* gente me la recomendó, diciendo que estaba entretenida, y que era "cute". Por otro lado, me llamó la atención un artículo publicado en la revista Time en noviembre, en el que James Poniewozik exponía cómo Betty Suárez daba un rostro a los asuntos migratorios de EE.UU., y cómo su actitud demostraba la razón por la cual dicho país se construyó con las manos de la población que tuvo que luchar por él.

Ugly Betty, la versión estadounidense de la archirrequeterrecontra famosa novela, está en una liga muy (muy, muy, muy, muy, pero muuuuuuuuuuuuuy) por encima de la basura en la que la televisión mexicana convirtió el concepto. La farsa producida por Televisa no era más que eso, una farsa, y por más que los ratings hayan hablado, la realidad es que Lety la fea no fue más que una versión idiotizada de la misma historia de siempre.

Betty, por otro lado, tiene tantas fortalezas que es difícil enumerarlas todas. Para no aburrir, mencionaré únicamente la excelente labor de los escritores y los actores, que han logrado hacer personas de los personajes, y enganchar a las multitudes con las aventuras de una chica que es menos que estándar para el lugar en que trabaja, y que, a diferencia de Andy en Runway, se resiste a dejar atrás su identidad para encajar en el mundo de la moda.

Habiendo dicho esto, añadiré lo siguiente. Props a Becki Newton por su interpretación de la deliciosamente odiosa Amanda. I feel for you, girl. Y por otro lado, felicidades a Betty por querer mantenerse as Queens as they come, pero si ella no bota a Walter por su propia voluntad, voy a hallar la manera de desaparecerlo, sea un personaje ficticio o no. No hay un personaje más añoñado y verdaderamente molesto en toda la televisión que veo. Y eso es decir bastante x_X


 

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