17 de mayo de 2009

TGI Friday's City Center

Tal vez simplemente TGIF y yo no somos compatibles en este país. Tal vez la ineptitud es uno de los valores de TGIF. Tal vez todos tuvimos un mal día.

No había ido a un Friday's desde aquella vez en que el postre de vainilla era de coco. Fui a recoger pedidos para llevar, y pedí comida a domicilio, pero nada más. Cinco meses después, de verdad tenía ganas de salir, comer algo rico, pasar un rato agradable, etc. Así que hice planes para ir a cenar al nuevo TGIF en City Center ayer sábado.

Llegamos al restaurante a las 9:50 pm. Esperamos apenas unos minutos a que nos asignaran una mesa, que terminó siendo la última mesa de la última terraza del último restaurante del City Center. Lo cual está bien: la terraza, la música, el ambiente, etc., están todos muy agradables, a pesar de que las sillas y mesas donde estábamos parecían más muebles de jardín que de restaurante.

Nuestras bebidas llegaron casi apenas las pedimos. La comida, por otro lado, tardó más de media hora. Yo había pedido unas fajitas combinadas con tortillas de harina; mi acompañante, una ensalada césar con pollo búfalo. Trajeron la ensalada. Pedimos juegos de cubiertos, porque no había en la mesa. Unos minutos después, trajeron las fajitas, pero nada con los cubiertos.

Cuando por fin llegaron, descubro que me trajeron tortillas de maíz en vez de harina. Me hice un taco, pero la verdad es que las tortillas estaban un poco pastositas, así que en una vuelta que se dio la mesera por ahí le pedimos más té (porque nadie había sido para ofrecernos un refill) y unas tortillas de harina.

Esperé.

Esperé.

Esperé.

No exagero: esperé. Esperé como quince minutos a que me trajeran otro paquete de tortillas. La mesera pasó a preguntar si nos hacía falta algo: algo que no fueran las tortillas, porque ésas "en cualquier momento" las debían traer. Mi acompañante, que ya había hasta terminado de comer para este momento, comentó que mi comida ya debía estar hasta fría (el Sizzling Fajita Combo ya llevaba como veinte minutos de haber dejado de sizzlear), así que la mesera ofreció llevárselo a calentar. Para esto, yo estaba más irritada que molesta, por lo que nada más le dije "bueno, mientras no tarde otros quince minutos como las tortillas..."

Habrán pasado otros cinco o diez minutos en lo que traían otra vez el plato con un nuevo paquete de tortillas. Más tardé en abrirlas que en darme cuenta que también eran de maíz. Llamé otra vez a la mesera, y le pedí que se llevara ambos paquetes que estaban en la mesa y me trajera uno de tortillas de harina.

Me arrepentí mucho, porque ahí estaba, de nuevo, con la comida caliente frente a mí y sin la opción de comerme aunque fuera un taco pastosito en lo que alguien segaba los campos de trigo en la cocina del TGIF y preparaba unas tortillas.

Diez minutos después se apareció algún sujeto que no era nuestra mesera y dejó un tercer paquete de tortillas en la mesa. En este momento entendí que tal vez el problema era que en la cocina NO había campos de trigo ni nadie que torteara, porque por tercera vez me trajeron tortillas de maíz.

Respirando hondo, le dije al muchacho que había llevado las tortillas que si no tenían tortillas de harina lo correcto era informárselo a quienes las ordenaran.

-¿No son de harina?
-No.
-Ahorita le traigo--

No, gracias. Déjalas aquí y prefiero comerme las pinches tortillas pastosas como estén.

Pero no, porque ésas además de pastosas estaban duras, y honestamente, ya eran más de las once y parece mentira que haya esperado más de una hora en un restaurante porque nadie supo envolver unas tortillas de harina en un papel encerado.

La conversación que tuve con el gerente es cuento para otro día.

Por el lado positivo, en su menú "DECISIÓN" si está bien escrito.

2 de mayo de 2009

Basta.

Digan lo que quieran.

Estoy harta de la paranoia, estoy harta de estar encerrada, estoy harta de escuchar chismes, rumores y mentiras. Sin embargo, lo que verdaderamente me enoja son todas estas teorías de la conspiración, de lo que el gobierno está planeando y organizando y de lo que nos está distrayendo mientras estamos todos encerrados por la influenza.

¿Qué les gustaría que ocurriera, entonces? ¿Que el gobierno no dijera nada, que no se hiciera ningún tipo de declaración en cuanto a esto? ¿Que no se le diera importancia? ¿Por qué tiene que ser uno de dos extremos, personas? ¿Por qué o nos vamos a morir todos de influenza o la influenza es un mito que el gobierno inventó para encerrarnos en nuestras casas?

¿Cómo se beneficia el país de este paro virtual de la vida económica del país? ¿De la atención internacional que se le está dando al asunto, de los bloqueos comerciales y turísticos que otros países están imponiendo? ¿O a ustedes les parece que nos está haciendo quedar bien de alguna manera?

Los virus mutan y evolucionan sin control. ¿No parece lógico tratar de contener un virus del que se sabe poco? Porque cuenten con que si el virus mutara y la hasta ahora relativamente benigna (sí, benigna: 12 de 400 muertos? Benigna) influenza porcina humana AH1N1 se hiciera algo más peligroso, sería la peor pesadilla de relaciones públicas que México habría tenido en su historia? Y vaya que no podemos hablar de un historial limpio.

Digan lo que quieran, pero no me lo digan a mí. En general, estoy harta del tema y sólo quiero concentrarme en encontrar algo con qué entretenerme de aquí a que sea tiempo de ser productivo otra vez.

Hablemos de 30 Rock, de Lost, de Dollhouse, de House, de Heroes inclusive, pero con la influenza no quiero nada. Es más: ME LAVO LAS MANOS DE ELLA HASTA QUE TERMINEN MIS CERDOCIONES, e incluso después.

(Lástima, tanto ingenio y ya nada en qué aplicarlo, jaja)