Mostrando las entradas con la etiqueta goodies. Mostrar todas las entradas
Mostrando las entradas con la etiqueta goodies. Mostrar todas las entradas

16 de enero de 2013

Andy Andy

 Después de dos años de BlackBerry, tuve ante mí la oportunidad de cambiarme a un buen Android.  No es que odiara la BB, pero me habían ofrecido un Samsung Galaxy S2, y yo estaba en un plan arcaico que aún me obligaba a pagar casi $200 MXP adicionales al mes por el "servicio BlackBerry".   Lo único que necesitaba era cambiar a GSM, así que tenía que renovar mi plan para obtener un teléfono con chip.

Después de varios intentos que fallaron debido al pésimo servicio que hay en los Centros de Atención a Clientes de Iusacell, por fin lo logré, aunque hay que decir que el proceso no fue ni fácil, ni rápido, ni agradable.  Me ofrecieron otra BB, con el argumento de que el servicio BB ya no se cobraba aparte, sino que venía incluido dentro de la renta.  No porque estuviera descontenta, sino porque de todas maneras iba a cambiar a Android en cuestión de semanas, preferí un Androidcito sencillito (un HTC Wildfire S), que venía gratis con la renovación.

Me daba lo mismo.  Lo único que quería era un chip para ponerle al Galaxy S2 que me esperaba en el futuro.  Cuestión de tiempo.  Mientras, ¡a jugar con el teléfono! ¡Apps! ¡Fotos! ¡Draw Something! ¡Google Plus! ¡Facebook! Er, mis notificaciones no funcionan-- En breve, investigando un poco sobre el Wildfire S me encontré con que llevaban aproximadamente un año descontinuados, y que en su mayoría habían venido con un fallo en la memoria que hacía imposible guardar las aplicaciones en la tarjeta MicroSD, y que las notificaciones dejaban de funcionar cuando quedaban ya sólo 20 Mb libres, de manera que era un teléfono que tenía efectivamente 100 Mb para aplicaciones.

Cuestión de tiempo.

Pero el tiempo pasó y pasó, y el S2 nunca llegó, así que tomé el asunto en mis manos y después de tres meses de restaurar el teléfono a su configuración de fábrica cada dos semanas, y de haber abandonado el Draw Something, el Google Plus y el Facebook móviles, encontré la felicidad gracias a un montón de gente que colaboró para hacerme de la cosa más hermosa del mundo:

Eshte bebeshito.

Quisiera tener un video donde el amor de mi vida (v.2012.09) y yo corremos por un campo de margaritas, damos vueltas tomados de las manos, nos columpiamos con flores en el cabello y tomamos una malteada con dos popotes, pero cual Catalina de Aragón, me quedé viuda antes de tiempo dos semanas después de haber tomado la foto anterior.  No más Instant Upload, no más Google Now, no más llamadas ni mensajitos: simplemente no agarraba señal más que con WiFi.  Y es que yo lo quería, pero lo quería como teléfono, no como la versión mejorada de un iPod touch.

A pesar de que era nuevo, me encontré en el limbo de la desesperación, entre Iusahell que me mandó a volar dos veces porque no era el teléfono de porquería que ellos me habían dado; Google, que hizo todo lo posible, pero me turnó a Samsung, viendo que no tenían acceso a los datos de configuración de Iusa y no podían hacer pruebas con ellas; Samsung México, que me mandó a volar, y Samsung EE.UU., que me dijo que sin problemas me solucionaban todo en garantía y pagaban el envío de regreso, pero no el de ida, ni los impuestos de re-entrada del teléfono.

Dispuesta a todo, decidí intentar que una persona real viera el teléfono antes de enviarlo de regreso a su país de origen y hacerlo recorrer más kilometraje en un mes que yo en un año.  Lo llevé a uno de esos (miles de) locales donde reparan todo tipo de teléfono y hacen "flasheos, rooteos, desbloqueos" y otros asunteos.

¡Cosa de nada! $500 si lo arreglo, y si no nada y te lo dejo como salió de la caja para que lo reenvíes a EE.UU.  Mañana está listo dijo el chaval.

CORTE A:      UN MES DESPUÉS.

Borré todos los programas que usé para tratar de arreglar tu teléfono.  Prefiero pagarte lo pagaste por él que conseguirlos otra vez, así que ¿cuánto te debo?
FTS.  Whatever.  Aquí está el estado de cuenta de mi tarjeta de crédito.
¿Me haces un descuento?
*mirada de odio*

Resignada a regresar al HTC de porquería hasta que alguien más pudiera ingresar al país un Galaxy Nexus por su justo precio de $350 USD, me encuentro con la mejor noticia del mundo: Google anuncia que ya viene el Nexus 4.  Mi respuesta, obviamente, fue interpretarlo como una señal del cielo:
The Android Phone of My Dreams, it was.
Cuestión de tiempo, dije entonces.  Y seguí diciendo hasta que leí que ahora parece ser más probable conseguir uno de los Nexus 5 fabricado por Motorola que tal vez se anuncie en Febrero que un Nexus 4 porque LG opina que lo suyo lo suyo no es hacer celulares para venderle a Google.

Y habría esperado gustosa, si el 31 de diciembre, en el estacionamiento de un supermercado de cuyo nombre no quiero acordarme, no hubiera ocurrido una tragedia.

Pregunta. Y pregunto porque una amiga quiere saber.  ¿Qué puedes hacer con un telefonito de porquería que depende totalmente de su pantalla táctil cuando ésta se rompe?



Respuesta:  Nada.  Absolutamente nada.

31 de marzo de 2010

Que no cunda el pánico.

Muy lejos en las inexploradas aguas del extremo menos popular del brazo espiral occidental de la galaxia se encuentra un pequeño sol amarillo sin importancia.

Orbitándolo a una distancia de aproximadamente noventa y dos millones de millas hay un pequeño e insignificante planeta azul y verde cuyas formas de vida descendidas de los simios son tan sorprendentemente primitivas que aún piensan que los relojes digitales son una idea fantástica.

Este planeta tiene – o más bien, tenía – un problema, el cual era éste: la mayoría de la gente en él era infeliz una gran parte del tiempo. Se sugirieron muchas soluciones a este problema, pero la mayoría tenían mucho que ver con el movimiento de papelitos verdes, lo cual es extraño porque en realidad no eran los papelitos verdes los que eran infelices.

Así que el problema permaneció; mucha de la gente era mala, y la mayoría era miserable, hasta los que tenían relojes digitales.

Cada vez más de ellos opinaban que habían cometido un gran error en bajar de los árboles en primer lugar. Y algunos decían que inclusive los árboles habían sido una mala decisión, y que nadie debió haber dejado los océanos.

Y entonces, un jueves, casi dos mil años después de que un hombre había sido clavado a un árbol por decir que sería fantástico sería ser amable con la gente para variar, una chica sentada sola en una pequeña cafetería en Rickmansworth se dio cuenta repentinamente de lo que había estado mal todo ese tiempo, y finalmente supo cómo el mundo podía hacerse un lugar bueno y feliz. Esta vez el momento era el indicado, funcionaría, y no habría que clavar a nadie a nada.

Tristemente, antes de que pudiera llegar hasta un teléfono para contarle a alguien al respecto, una catástrofe terriblemente estúpida ocurrió, y la idea se perdió para siempre.

Esta no es la historia de la chica.

Pero es la historia de esa catástrofe terriblemente estúpida y de algunas de sus consecuencias.

También es la historia de un libro, un libro llamado La Guía del Viajero Intergaláctico – no un libro terrestre, que nunca fue publicado en la Tierra, y que, hasta que la terrible catástrofe ocurrió, nunca había sido visto por un terrícola.

A pesar de eso, un libro totalmente notable.

De hecho tal vez fuera el libro más notable que hubiera salido de las grandes casas editoriales de la Osa Menor – de las cuales ningún terrícola había oído hablar tampoco.

No sólo es un libro notable, también es uno altamente exitoso – más popular que el Ómnibus de Cuidado del Hogar Celestial, mejor vendido que Cincuenta Cosas Más que hacer en Gravedad Cero, y más controversial que la trilogía de éxitos editoriales filosóficos de Oolon Colluphid, Lo que Dios Hizo Mal, Algunos Más de los Más Grandes Errores de Dios y Para todo esto, ¿Quién el tal Dios?

En muchas de las civilizaciones más relajadas del Borde Occidental Exterior de la Galaxia, la Guía del Viajero Intergaláctico ya ha suplantado a la gran Enciclopedia Galáctica como el depósito estándar de todo el conocimiento y sabiduría, ya que aunque incluye muchas omisiones e información apócrifa, y al menos localmente inexacta, se coloca por encima de la otra, más antigua y primitiva obra, en dos aspectos importantes.

Primero, es un poco más barata; y segundo, tiene las palabras “No entres en pánico” escritas con letras grandes y amigables en la portada.

Pero la historia de este terrible, estúpido jueves, la historia de sus extraordinarias consecuencias, y la historia de cómo estas consecuencias están inextricablemente entretejidas con este notable libro, comienza de manera muy simple.

Comienza con una casa.

The Hitchhiker's Guide to the Galaxy

22 de abril de 2009

*_*

Hoy que entré a desempolvar el changarro y a pegarle mi calcomanía verde (¡Feliz día de la Tierra, por cierto!), me encontré con que tengo un seguidor. ¡Hola, seguidor! Lamento que no haya mucho que seguir últimamente. Ojalá no te aburras, Jorgito.

* * *

Y para que no se diga que otra vez no aporté nada de substancia a este sacrosanto y semi-prehistórico sitio, un poco de ñoñez.

Amo Flickr. Diría que prueba de ello es que tengo una suscripción pagada que no me duele nadita, pero en este momento eso sería una reverenda mentira, puesto que mi suscripción expiró la semana pasada y aún no la renuevo. Pero llevo ya cuatro años abonada ahí y soy muy feliz.

Esto sale a cuento porque Flickr me ha malacostumbrado cantidad. Para mí los tags nacieron con Flickr, y hasta ahora debo decir que nadie proporciona tanta funcionalidad con ellas como el Flickr de mi corazón. No que los labels de Gmail no les estén pisando los talones, pero ésa es otra historia.

Mi punto es que estoy malacostumbrada a la maravilla organizacional que son los tags y a la previamente inimaginable comodidad que puede brindar una tag cloud. Y siendo que (sorprendentemente, dirían quienes han visto mis fotos, ¡ja!) amo más a mi biblioteca de iTunes que a mis fotos, llevo toda la existencia de mi iPod actual y el anterior deseando que a alguien se le ocurriera la maravillosa idea de implementar tags para organizar la biblioteca, crear listas de reproducción, etc.

Obvio, todo se trataba de que no había buscado afuera de la cajita. Ya que se me ocurrió esa fabulosa idea, encontré dos opciones: Tweet y iTunes Last.fm Tagger. Llevo dos días usando Tweet y estoy enamorada: usa las tags que yo he generado (en la sección de Comentarios de iTunes), y las organiza en un tag cloud. Aún no he checado el iTL.fmT (mi primera queja: el nombre está muy largo), pero las reseñas de usuarios (y el hecho de que importa tags de Last.fm) me hacen pensar que también sería una herramienta útil.

Por último, Moody. Moody organiza los estados de ánimo de tu biblioteca por color. ♥

Lo mejor de todo es que los tres son gratis.

Ahora lo único que necesitamos es que el scrobbler de Last.fm vuelva a sincronizar las reproducciones del iPod, y ya todo estará bien con el mundo.

15 de abril de 2008

Buenas noticias // Malas noticias

La buena noticia es que después de vaciar la mitad de mi closet, y después de varios meses años de ausencia, MiracleDrug apareció.

La mala es que el DVD de Moulin Rouge! y la funda de mi iPod, durante la búsqueda de los cuales vacié la mitad de mi closet, no han aparecido, y si la desaparición de MD es algún indicio, no voy a aguantar año y medio sin DVD ni funda.

Por otro lado, también encontré $200 en una bolsa que hacía años que no usaba, así que en las célebres palabras de Homero Simpson, woohoo!

14 de marzo de 2008

Cosas que no se deben decir a alguien que está terminando de embarrar su coche contra cualquier cosa.

1. Sí estuvo aparatoso tu accidente, ¿verdad?
2. Y la pintura roja es mucho más cara que todas las demás.
3. Buenos días.


Lo mejor de todo fue el mensajito altisonante que le mandé a un selecto círculo de señoritas que dudo lean este blog. Fue tan ridículamente absurdo que en parte me compuso el día.

13 de febrero de 2008

All you need is love... and music.


Lo he pensado y pensado y pensado, y por más que he tratado, tengo que ser honesta conmigo misma. Mientras me escondo de la opinión popular.
Tal vez fue que esperaba demasiado; tal vez fue otro caso del Síndrome Mr. Darcy; tal vez fue por solidaridad; la realidad es que antes de ver Across the Universe decidí que me iba a encantar y viviríamos felices por siempre. Pero durante la película, más que perderme en la historia y en los personajes, me sentí por primera vez en mucho tiempo una espectadora ociosa, nada más viendo las canciones pasar.
No digo que la película no me haya gustado; algunas secuencias me encantaron, como I've just seen a face, Happiness is a Warm Gun, y sobre todo, I want you (She's so heavy). Pero muchas otras (y sí, incluyendo la de Bono como el Dr. Robert) se me hicieron simplemente aburridas.
Lo pensé y lo pensé. Me gustan las historias de amor. Me gustan los musicales. Me gustan los Beatles. Me gusta el carisma de Jim Sturgess (tengo que admitir que desde la primera secuencia en los callejones me pareció adorable). Evan Rachel Howard no me cayó mal (muéranse de envidia, Jessicas). Y aún así, fue nada más... meh. Así que hice lo único que quedaba por hacer: la reevalué, tomando como punto de referencia el molde con el que todas las historias de amor musicales con música contemporánea, héroes carismáticos y adorables y heroínas a las que no odio deberían hacerse: Moulin Rouge!
(Y a los que odiaron Moulin Rouge: Meh. Aquí hay un link a la biografía de Enrique VIII de Inglaterra para que te prepares para ver La Otra Bolena, y espero que tengas un buen día.)
Aún no estoy muy segura de exactamente por qué Moulin Rouge funcionó y Across the Universe no tanto, pero tengo algunas teorías.
Primero que nada, los personajes. En MR! hay dos personajes principales: Christian y Satine. Conocemos sus aspiraciones y sus motivaciones, y el momento en el que se enamoran prácticamente se puede ver. Todos los demás gravitan a su alrededor, y lo que sabemos sobre ellos sirve para avanzar la historia de Christian y Satine, y nada más. En AtU hay dos personajes principales: (Hey) Jude y Lucy (in the Sky with Diamonds). Pero también están Max, JoJo, Sadie... y Prudence, quien posiblemente sea el personaje más inútil del cine en el 2007. La mayoría de estos personajes no tuvo mayor razón de existir que ser una excusa para incluir una canción más, sin avanzar la historia ni profundizar en los héroes. Y sí, esto incluye a Bono.
Luego está la puesta en escena. La realidad es que las películas musicales han cambiado mucho desde sus inicios para acá. Soy de la opinión de que Vaselina como tal no funcionaría en el 2008, porque sólo ver a alguien cantando y paseándose por la locación mientras todo lo demás transcurre como si nada ya no es suficiente. El musical es una especie de fantasía: ¿de qué sirve si no se aprovecha al máximo? Por eso "I want you (She's so heavy)" funciona, y "I wanna hold your hand", no tanto.
Y por último lo más importante: la música. Como yo lo veo, la esencia del musical es que las palabras solas no son suficientes para que los personajes digan lo que sienten: cantan porque la música fluye con sus emociones. Al menos, así se debería sentir (hola, Ewan McGregor!), y por eso es que muchas veces (¿o todas?) la música sube y apela a la emoción estética del auditorio. Estamos tan contentos, tan enamorados, tan heridos por la tragedia de la historia que estamos contando, que ya no sólo las palabras no son suficientes, sino a veces la música tampoco. En ese sentido, creo que "A little help from my friends", "Hey Jude" y sobre todo "Let it be" resultaron más emotivas incluso que "All you need is love". Que por cierto, resultó mucho más climática en Love Actually que en Across the Universe, y ahí de hecho se convierte en una de mis secuencias favoritas en la historia de las comedias románticas.
Es más, es tan perfecta que la voy a insertar aquí, ahora:


Creo que esta entrada aún no está terminada. A fin de cuentas, Across the Universe me gustó, y tengo el DVD que lo prueba (feliz cumpleaños a mí!), así que tal vez más adelante se me ocurra algo más que decir al respecto. Y en cuanto a Moulin Rouge... Moulin Rouge es caso aparte. Y Love Actually también.

7 de enero de 2008

Querido Santa Claus:

Debido a que llega un momento en que Santa Claus llega a nuestras vidas en enero, si es que después del maratón Guadalupe-Reyes todavía quedan fondos que lo patrocinen, me encuentro en la penosa necesidad de quejarme porque aún no encuentro lo que estoy buscando, y por lo tanto, puedo decir oficialmente que este año mis regalos han estado escasos. Es así que llega hasta ustedes la siguiente queja:



Quiero un smartphone. Ahorita. Quiero un smartphone que tenga internet y un office que no sólo lea, sino que edite. Quiero que sea susceptible a WiFi, además del internet ilimitado que el provedor ofrezca (en este caso Iusacell, porque Telcel sucks). Además quisiera Roaming internacional, pero después de consultar las tarifas ($12 el mensaje? Gracias por participar), creo que mejor me conformo con enviar emails desde aeropuertos, Starbucks y otros lugares donde no me obliguen a barrer calles por usar el internet inalámbrico. Y por lo tanto, el WiFi es muy importante.



Según mis primitivas investigaciones, lo que yo necesito en esta vida es una Palm en un Plan Elite*. Claro que yo quería la Treo 750, por lo que obviamente ésa es GSM y por lo que entiendo la tendría que usar en el [larga lista de improperios] servicio de Telcel de [improperio], así que la opción es la 700, sea Windoze o PalmOS. Según el sitio, sacar una de éstas con Iusacell cuesta unos $6000, mientras que la 750 cuesta $500 USD en su país de origen. Las 700s no se venden sin plan.

Listo. Lo que tengo que hacer es ir a los EE.UU., comprar una Treo 750, vendérsela a algún incauto que por cualquier razón desconocida la quiera para usarla con Telcel o Movistar, y usar el dinero para pagarme una 700.

También podría poner un puesto de tamales.

------
* Lo que yo verdaderamente necesito es un curso de telefonía celular para dummies. Lástima que el libro no exista todavía. Y no existe. Ya lo busqué.