15 de julio de 2010

En el mar la vida es más sabrosa, supongo.

Parte de todo fue estar en el sitio de construcción de algo que terminó siendo una piscina gigante. Los constructores eran niños de una primaria griega. Hélio estaba ahí, nada más disfrutando del espectáculo. Mi hermana y yo lo convencimos de acompañarnos cuando fuéramos a Cancún. Tenía puestos unos tenis rojos de lo más adorable.

En Cancún estábamos en una especie de crucero. Es difícil decir, porque creo que ya tuve un sueño similar a éste antes, pero es posible que haya incluido el proceso de desembarque. Lo cierto es que Courtney estaba guiando una excursión de estudiantes canadienses, entre los que se encontraba Shay-Lee. Shay-Lee le insistía a Courtney en que el tour de Cancún no estaba completo sin una visita a Plaza Las Américas; él, consciente de lo que había en la plaza, me preguntó qué onda con Shay, y yo le dije que parecía que verdaderamente quería ir a Chedraui.

Paseábamos por la ciudad en un autobús muy alto, desde el cual se veían ambas orillas del mar ("No sabía que Cancún era tan angosto!"), y luego teníamos que bajar por una especie de túnel... En realidad podíamos deslizarnos, pero estaba un poco angosto para el camión, así que en realidad lo escalamos hacia abajo.

Sí, así estuvo, en general.
 

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