31 de julio de 2009

Este es el tipo de cosas sobre las que escribo

Hoy recibí un mail de TELCEL.COM, con el subject Recarga Ahora Tambien Por Internet. Lo iba a borrar, pero como voy a salir de viaje pensé que sería buena idea informarme. Me encontré con el siguiente contenido:

From Letras Planchadas


No sé qué pensar. La verdad es que hasta me dio un poco de risa, pero también me dio curiosidad, así que hice click en donde había que hacerlo para obtener DOSCIENTOS PESOS DE TIEMPO AIRE Y TREINTA MENSAJES!!!

Esperé lo peor.

Me encontré esto:



Nótese por favor:
  • El nombre de dominio que no es Telcel.com.
  • Nada que valide o reitere la "promoción" del flyer
  • Ningún link funcional, a excepción del que explica los "certificados de seguridad" de Visa y MasterCard
  • Todos los links (todos ellos) llevan al index
  • El colmo del cinismo: los certificados de seguridad, y encima la leyenda: Realice sus transacciones sólo desde su computadora personal
Y bueno, es un sitio completo. Además de agenciarse la información de la tarjeta de crédito consiguen también el número de celular, para que además puedan llamarte (y por tu nombre) para avisarte que tu sobrino ya llegó de Estados Unidos y está atorado en aduana; pero no te preocupes, hay manera de ayudarlo siempre y cuando tengas alguna cuenta bancaria además de la que tuviste que congelar después de que te la clonaron quién sabe cómo.

Me da lástima, pero también me da un poco de tristeza que seguramente habrá quien caiga por algo tan ridículo como esto.

19 de julio de 2009

Ilusión óptica

Lo pensé demasiado y ya casi no recuerdo los detalles; estábamos en casa de tia Alicia después de un día de compras o algo así. Luisa estaba insolada y se sentía mal. Cuando la volteé a ver, tenía unos 4 o 5 años, era una niñita de cabello corto en una media cola con fleco y un vestidito blanco, abrazada a su mamá, feliz de que la estuviera cuidando. Luisa, más alta que yo a sus 25 años, estaba en los brazos de mi tía, disfrutando de las fiestas que ella le hacía.

Me di cuenta de lo que estaba pasando, y me ganó la emoción, pensando que era una especie de milagro; me puse a llorar mientras caminaba tratando de calmarme, paseando un tomo del diccionario enciclopédico Quillet que tenía un mapa. Pensé en lo que significaba y en cómo eran las cosas; me dio un poco de tristeza pensar como son las cosas después, con el paso del tiempo: un poco al revés. Aún así, fue muy bonito hasta que escuché que se apagaba el aire acondicionado y desperté.

18 de julio de 2009

Un capitulo recapitulatorio de cosas que en realidad no sucedieron

Creo que estábamos viendo fotos en mi computadora, pero no estoy segura. A fin de cuentas, el cuarto libro de Twilight estaba apenas por salir, y yo iba en más de una ocasión a una bodega de San Francisco a una entrevista de trabajo.

Acompañé a Christine a su trabajo, pero a deshoras; ella estaba trabajando en un almacén de ropa. Cuando entramos habían unas personas observándonos; Christine dijo que era normal. Estábamos haciendo conjuntos de ropita de bebe para regalar (blanca con azul, rojo, amarillo o morado; muy parecida a la ropa de Larry, ahora que lo pienso). En eso llego Shay-Lee. Cuando Shay llegó, una de las personas que nos había observado antes se le acercó y le empezó a hablar; tenía un arma. Shay no tenía facha de que fuera a cooperar; yo levanté las manos y le grité a Shay que lo dejara así, pero ella siguió gritando hasta que el sujeto le apuntó con la pistola. Christine también empezó a gritarle a Shay.

Resultó que todo fue una bromita de Cyn; un hermano que no tiene y sus amigos se habían hecho camisas que decían rufianes atrás para darle realismo a su "banda de delicuentes". A Cyn y a su hermano postizo les causó mucha gracia. Supongo que a nosotras también, desde que no hubo puñetazos.

Había una foto de una mesa muy elegante; tenía miedo de recordar por qué la había tomado.

15 de julio de 2009

Límites

A veces resulta increíble el grado al cual la gente logra negarse a admitir las consecuencias de sus actos, o cómo toda acción tiene una consecuencia.

Leí el comunicado completo por el cual el gobierno de Canadá disponía la necesidad de una visa para los mexicanos que quisieran visitar ese país. En los días que siguieron, tuve la oportunidad de escuchar por la radio dos entrevistas diferentes con el embajador de Canadá en México, Guillermo Rishchynski. La segunda, con Pedro Ferriz de Con, terminó, digamos, en tragedia.

Para este momento, el embajador ya había explicado el motivo del decreto; el mismo Pedro Ferriz había recalcado el hecho de que cada solicitud de asilo interpuesta genera una investigación (lo cual se puede asumir supone un costo administrativo, cuando menos); sin embargo, Pedro Ferriz termina la entrevista de la siguiente manera:

Pedro Ferriz: Nos queda claro, en la relacion TLC, Tratado de Libre Comercio, México no pide nada a quienes nos visitan de Estados Unidos y Canadá, y ahora nuestros dos vecinos nos piden todo.
Guillermo Rishchynski: Así es.
Pedro Ferriz: Gracias. [Pausa] Ya sabemos cual es la respuesta: Así es. Punto. Nosotros no pedimos nada, ellos nos piden todo. Así es. Punto y se acabó.
Creo que el Sr. Rishchynski fue muy diplomático en su manejo de la entrevista con Pedro Ferriz; tal vez el mismo Ferriz contaba con esto al momento de hacer el comentario que hizo, porque si el embajador de Canadá hubiera querido contestarle, bien lo habría podido hacer.

Porque pareciera que Pedro Ferriz no tomó en cuenta, por ejemplo, que la mayor parte de los norteamericanos que vienen a México lo hacen únicamente de visita, y en la mayoría de los casos no tienen ningún interés en quedarse, porque a fin de cuentas están mejor en sus países, mientras que en todos los países del mundo hay mexicanos que prefirieron largarse (legal o ilegalmente) que enfrentar los problemas que tenemos aquí. No tomó en cuenta que, tristemente, si Estados Unidos no exigiera visas para mexicanos, tal vez no quedaría una sola persona que operara, escribiera o transmitiera un programa de radio en español. Estaríamos todos amontonados allá, como en algún momento todos se amontonaron en la Ciudad de México, pensando que allá las cosas serían más fáciles, los trabajos más abundantes y los salarios más altos.

Por otro lado, estamos hablando de que los mexicanos están abusando de una política que tiene como fin auxiliar a personas que consideran que su vida corre peligro en su país de origen; están complicando y prolongando el proceso no sólo para aquellas personas, de todo el mundo, cuyas vidas de hecho podrían estar en peligro, sino también para todo mexicano que se encontrase en el proceso de tramitar legalmente una visa de trabajo; todo con el único fin de obtener de manera inmediata un permiso de trabajo, aún siendo éste temporal, en lo que la investigación se lleva a cabo.

¿A cuántas personas termina por perjudicar un solo vivales desconsiderado, que además se precia de ser más "abuzado" que los demás?

Todos los actos tienen consecuencias. Por fin Canadá "pintó su raya" y reaccionó de manera lógica ante lo que no es sino un abuso. No hay más qué hablar, ni necesidad de agredir pasivamente al embajador de ningún lado.

Por otro lado, a quienes están sugiriendo que se requiera visa a los ciudadanos canadienses interesados en visitar México: dejemos de lado que normalmente existen fundamentos para este tipo de acciones, e imaginemos que por puro orgullo se legisla, se aprueba y se anuncia. Pobres canadienses. Tendrán que pasar sus vacaciones en Florida, las Bahamas, Jamaica, St Lucia, Puerto Rico, Cuba, Belice, Costa Rica o cualquier otro lugar donde no se les pida visa, que les resulte costeable y a donde haya una gran variedad de vuelos de bajo costo para escoger. Estarán destrozados, y mientras los mexicanos que resulten desempleados tras el desplome del turismo internacional buscarán algún otro país al cual emigrar, preferentemente donde no les exijan visa.