15 de julio de 2009

Límites

A veces resulta increíble el grado al cual la gente logra negarse a admitir las consecuencias de sus actos, o cómo toda acción tiene una consecuencia.

Leí el comunicado completo por el cual el gobierno de Canadá disponía la necesidad de una visa para los mexicanos que quisieran visitar ese país. En los días que siguieron, tuve la oportunidad de escuchar por la radio dos entrevistas diferentes con el embajador de Canadá en México, Guillermo Rishchynski. La segunda, con Pedro Ferriz de Con, terminó, digamos, en tragedia.

Para este momento, el embajador ya había explicado el motivo del decreto; el mismo Pedro Ferriz había recalcado el hecho de que cada solicitud de asilo interpuesta genera una investigación (lo cual se puede asumir supone un costo administrativo, cuando menos); sin embargo, Pedro Ferriz termina la entrevista de la siguiente manera:

Pedro Ferriz: Nos queda claro, en la relacion TLC, Tratado de Libre Comercio, México no pide nada a quienes nos visitan de Estados Unidos y Canadá, y ahora nuestros dos vecinos nos piden todo.
Guillermo Rishchynski: Así es.
Pedro Ferriz: Gracias. [Pausa] Ya sabemos cual es la respuesta: Así es. Punto. Nosotros no pedimos nada, ellos nos piden todo. Así es. Punto y se acabó.
Creo que el Sr. Rishchynski fue muy diplomático en su manejo de la entrevista con Pedro Ferriz; tal vez el mismo Ferriz contaba con esto al momento de hacer el comentario que hizo, porque si el embajador de Canadá hubiera querido contestarle, bien lo habría podido hacer.

Porque pareciera que Pedro Ferriz no tomó en cuenta, por ejemplo, que la mayor parte de los norteamericanos que vienen a México lo hacen únicamente de visita, y en la mayoría de los casos no tienen ningún interés en quedarse, porque a fin de cuentas están mejor en sus países, mientras que en todos los países del mundo hay mexicanos que prefirieron largarse (legal o ilegalmente) que enfrentar los problemas que tenemos aquí. No tomó en cuenta que, tristemente, si Estados Unidos no exigiera visas para mexicanos, tal vez no quedaría una sola persona que operara, escribiera o transmitiera un programa de radio en español. Estaríamos todos amontonados allá, como en algún momento todos se amontonaron en la Ciudad de México, pensando que allá las cosas serían más fáciles, los trabajos más abundantes y los salarios más altos.

Por otro lado, estamos hablando de que los mexicanos están abusando de una política que tiene como fin auxiliar a personas que consideran que su vida corre peligro en su país de origen; están complicando y prolongando el proceso no sólo para aquellas personas, de todo el mundo, cuyas vidas de hecho podrían estar en peligro, sino también para todo mexicano que se encontrase en el proceso de tramitar legalmente una visa de trabajo; todo con el único fin de obtener de manera inmediata un permiso de trabajo, aún siendo éste temporal, en lo que la investigación se lleva a cabo.

¿A cuántas personas termina por perjudicar un solo vivales desconsiderado, que además se precia de ser más "abuzado" que los demás?

Todos los actos tienen consecuencias. Por fin Canadá "pintó su raya" y reaccionó de manera lógica ante lo que no es sino un abuso. No hay más qué hablar, ni necesidad de agredir pasivamente al embajador de ningún lado.

Por otro lado, a quienes están sugiriendo que se requiera visa a los ciudadanos canadienses interesados en visitar México: dejemos de lado que normalmente existen fundamentos para este tipo de acciones, e imaginemos que por puro orgullo se legisla, se aprueba y se anuncia. Pobres canadienses. Tendrán que pasar sus vacaciones en Florida, las Bahamas, Jamaica, St Lucia, Puerto Rico, Cuba, Belice, Costa Rica o cualquier otro lugar donde no se les pida visa, que les resulte costeable y a donde haya una gran variedad de vuelos de bajo costo para escoger. Estarán destrozados, y mientras los mexicanos que resulten desempleados tras el desplome del turismo internacional buscarán algún otro país al cual emigrar, preferentemente donde no les exijan visa.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario