6 de octubre de 2008

Music is my _________.

No pretendo comenzar esta entrada con una confesión dramática, porque creo que a estas alturas cualquier persona que me conozca (o que haya comenzado leyendo el sugestivo título previo) ya vería venir ese recurso que en este caso resultaría barato.

Así que sin drama ni suspenso, más que confesar, admito y reconozco que en mi vida la música no es un privilegio ni un pasatiempo, sino una necesidad psicofísica que hace que mi adicción al internet parezca un simple hobby.

Como de costumbre, wikipedia es nuestra amiga:
addiction is a state in which the body relies on a substance for normal functioning and develops physical dependence, as in drug addiction. When the drug or substance on which someone is dependent is suddenly removed, it will cause withdrawal, a characteristic set of signs and symptoms.
Exacto. Después de cierto tiempo sin música, el carácter me empieza a cambiar, y a más de un problema he terminado arrastrándome a causa de la sutileza de mi síndrome de abstinencia. No por nada mi primer reproductor de mp3 se llamó MiracleDrug.

* * *

La cosa con la música es que siempre tiene sentido. No importa en qué situación esté, o en dónde, la música es siempre constante; confiable y segura, matiza todo tipo de historias y estados de ánimo. Anima y exhorta, acompaña y fortalece.

Una de las cosas que más me maravilla es su capacidad de contar historias. Si a mí me preguntan, TV Azteca rasguñó la grandeza con la aberración que transmite/transmitía(?) los sábados en la tarde mientras me hacían mi manicure. Pero tratándose de TV Azteca, con todo respeto, no había más opción que desechar la grandeza y dar lugar a la aberración que producen/produjeron y transmiten/transmitían y que me da ganas de ponerme uñas de acrílico para ir a rasguñarle la cara a alguien para que dejen de tocar la misma canción sin parar entre cada línea mediocre. Pero divago.

Siempre hay una canción para un estado de ánimo; para disfrutarlo, para vivirlo, para entrar o salir de él. Cualquier historia se puede contar en mayor o menor detalle por medio de una serie de canciones, de Shakira a Radiohead, de Belanova a Kylie Minogue. En todas partes hay tesoros, dijo Bill Watterson, y así es que (casi) en cualquier canción hay alguna parte rescatable que pueda acompañar una historia de la vida real.

Colecciono canciones como parte de mi historia. Creo antologías con nombres de personas y lugares que quiero recordar de cierta manera, y en ocasiones es por medio de canciones que encuentro el cierre que necesito para dejar algo atrás; porque siempre tiene sentido, me ayuda a encontrarle sentido a lo que parece no tenerlo. Más de una vez la música ha salvado mi vida, y su ausencia la ha dañado de alguna forma para luego acompañarme a la hora de recoger los platos rotos.

Mucho tiempo tuve la costumbre de cerrar cada entrada de mi blog (el primero, privado, prehistórico, comenzado en tiempos inmemoriales en que había que explicarle a la gente qué era un blog) con un fragmento de una canción. No pegó en éste, porque normalmente ese tipo de entradas (cursis) se filtran a otros lugares, más a salvo del escrutinio público (cuidado con el blog más visitado del internet) (Es éste, por si no quedó claro).

Pero hoy, como homenaje y posible excepción, cerraremos de la siguiente manera:
If you're on your way
I'm not gonna write you to stay
If all you have is leaving
I'm gonna need a better reason
to write you a love song today

4 comentarios:

  1. Me hizo recordar algo que escribí hace algunos ayeres: "de repente saco algún cd debajo del polvo que siempre hay en mi cuarto y me pongo a escucharlo... y me remonto al momento y me transporto al instante en que escuchaba aquellas notas y de nuevo revivo el pasado... que de nuevo... a veces es doloroso y otras veces es alegre."

    ¿O no?

    ResponderBorrar
  2. Te comprendo perfectamente. De no ser por la música, posiblemente seria peor de lo que soy.

    Y en mi caso, lo que hago es una mezcla ruda, donde echo todos los temas que hay disponibles, con lo cual el playlist se parece a mi mente, donde esta todo revuelto. Lo alegre con lo triste.

    Es muy divertido escuchar esas mezclas rudas, sobre todo cuando hay gente alrededor. Me tachan de loco, pero ¿que saben ellos?

    ResponderBorrar
  3. Cuando escucho música sólo por escucharla oigo más que nada mezclas rudas también... Claro que con algunos parámetros patrocinados por las SmartLists de iTunes :P

    ResponderBorrar