No sé hasta que grado las cosas que me suceden sean normales, pero por una u otra razón, hay eventos en mi vida de vez en cuando que resultan tan aleatorios, inexplicables, ajenos a cualquier explicación y luego aislados del resto de la realidad en curso, que con el paso del tiempo debo hacer un esfuerzo para recordarlos y asegurarme de que en verdad sucedieron, y de verdad sucedieron como yo los recuerdo.
Hoy sucedió algo que... supongo que es difícil de explicar. Supongo que si en verdad sucedió (porque no me consta), por sí mismo es un evento misterioso (al menos para mí, que estoy muy poco informada al respecto), y como tal tiene algún atractivo intrínseco, que debería picar mi curiosidad y hasta quitarme el sueño; hacerme preguntarme de nuevo qué rayos sucede con el mundo en Marzo que mi vida parece tomarse unas vacaciones en la dimensión desconocida año tras año, algunas veces con mejores consecuencias que otras.
Pero sorpresivamente (¿?), no tengo ganas. No tengo ganas de perder el sueño, ni estoy en lo absoluto emocionada ni en extremo interesada por el desenlace de esta historia. Será tal vez una muestra más de cómo la gente cambia y algunas chispas se acaban, pero más que otra cosa, estoy hasta un poco abatida ante las posibilidades: en corto, me da flojera.
Tal vez una parte de mí quiere que esto se "resuelva"; que se revelen los hechos, se acabe el misterio y sea una más de esas cosas que pasan y no se vuelven a pensar dos veces. La otra parte, no estoy segura.
En todo caso, añoro la paz y quietud de abril. Abril es un templo de cordura donde la gente usa palabras y actúa tan racionalmente como es humanamente posible (dígase no mucho). Abril es muchas cosas, pero ya llegará el momento de contemplarlas...
Hoy sucedió algo que... supongo que es difícil de explicar. Supongo que si en verdad sucedió (porque no me consta), por sí mismo es un evento misterioso (al menos para mí, que estoy muy poco informada al respecto), y como tal tiene algún atractivo intrínseco, que debería picar mi curiosidad y hasta quitarme el sueño; hacerme preguntarme de nuevo qué rayos sucede con el mundo en Marzo que mi vida parece tomarse unas vacaciones en la dimensión desconocida año tras año, algunas veces con mejores consecuencias que otras.
Pero sorpresivamente (¿?), no tengo ganas. No tengo ganas de perder el sueño, ni estoy en lo absoluto emocionada ni en extremo interesada por el desenlace de esta historia. Será tal vez una muestra más de cómo la gente cambia y algunas chispas se acaban, pero más que otra cosa, estoy hasta un poco abatida ante las posibilidades: en corto, me da flojera.
Tal vez una parte de mí quiere que esto se "resuelva"; que se revelen los hechos, se acabe el misterio y sea una más de esas cosas que pasan y no se vuelven a pensar dos veces. La otra parte, no estoy segura.
En todo caso, añoro la paz y quietud de abril. Abril es un templo de cordura donde la gente usa palabras y actúa tan racionalmente como es humanamente posible (dígase no mucho). Abril es muchas cosas, pero ya llegará el momento de contemplarlas...
No hay comentarios.:
Publicar un comentario