29 de julio de 2014

Más extraño que la ficción (II)


La interminable historia de una persona que lleva tres meses tratando de ejercer un derecho otorgado libremente por el gobierno de México: cambiarse de compañía telefónica sin perder su número.  (Empieza aquí)

 "Claro que sí, le cancelamos el plan.  ¿Segura no quiere quedarse con Iusacell? Le ofrecemos $400 de descuento en uno de estos teléfonos de hace dos años, con un valor de $4,000 cada uno.  ¿No? ¿Segurísima? ¿Ya lo pensó bien? Bueno, ok, entonces lo quiere en prepago, ¿no? Ok, entonces va a tener servicio de aquí al día 15, y ya luego se pasa a prepago.  Nada más tiene que pagar su última mensualidad en un CAE que no sea éste, porque no sirve nuestra impresora.  ¡Tiene hasta el día 25!"

Solicité portabilidad en el Centro de Atención a Clientes de movistar (si algo puedo decir de movistar, es que al menos no tienen el cinismo de implicar que la atención que dan tiene algo de especializada), y me dijeron que regresara cuando me quedara sin servicio y que me acabara mi crédito porque ése no se porta.

Día 15: me quedo sin servicio, y voy al CAC de movistar.

"Er... no, pero aquí dice que Iusacell rechazó su solicitud de portabilidad, que porque su línea es plan."

"¿Y por qué me quedé sin servicio?"

Ah, porque di de baja el plan.  ¡De regreso a Iusacell! "¿No eso quería? Ah, bueno si quería que en vez de cancelarse se fuera a prepago, tenía que haber pagado un SIM.  ¿Nadie le dijo? Bueno, es que como cuando se lo decimos a la gente se enoja, hay ejecutivos que prefieren no decírselo al cliente."  Entiendo que cuando la gente quiere tener la razón, modifica y distorsiona lo que la otra persona dijo para quedar mejor.   Me encantaría decir "bueno, no fue tan así." FUE ASÍ TAL CUAL.  NO ME DIJERON PARA QUE NO ME FUERA YO A ENOJAR.

Ok, lo que sea.  Pagué un SIM más, y volví a solicitar la portabilidad.  "En una semana debe caer, ¡no olvide gastarse su crédito!." Pero no cayó.  "Es que Iusacell lo sigue negando, quién sabe qué pasará."

Para ese entonces, yo ya había pasado unas 3 horas acumuladas esperando a que me atendieran en el CAC de movistar.  Normalmente, esperar no se me hace terrible, porque gracias a Dios tengo un Kindle (y un celular, pero sin servicio, porque el crédito no se porta), pero movistar aparentemente odia a sus ejecutivos, y literalmente tiene a todo volumen un loop de audio/video que dura como 45 segundos.  Imagínatelo, por favor. Tu trabajo consiste en tratar con seres humanos, 8 horas diarias, escuchando un fragmento de canción de Bruno Mars una y otra y otra y otra vez.   Por algo su uniforme no requiere corbata.

Total que decidí que para ya no tener que seguir esperando, lo intentaría de nuevo a través de Twitter.  Y mientras, a poner una queja ante el Instituto Federal de Telecomunicaciones (IFT, antes Cofetel).

Dos días después, me habla un fulanillo de Iusashit para decirme que no es culpa de Iusacell, es culpa de Movistar, porque hicieron mal el trámite: adjuntaron la factura de mi plan cancelado, cuando ahora mi línea está en prepago.
—Fulanillo, lo que me estás diciendo no tiene sentido, porque yo no le di a Movistar ninguna factura, ¿me estás diciendo que se tomaron la molestia de conseguirla para adjuntarla?
—Efectivamente.
—Eso no tiene ningún sentido, ¿de dónde la podrían haber sacado?
—No sé, pero debería poner una queja contra ellos ante el IFT.
o_o

El fulanillo le dijo entonces al IFT lo siguiente:

¿Quién se quiere cambiar a Telcel? Yo no. 

Respondí aclarando las inexactitudes del correo de Fulanillo, incluyendo la estupidez de que Movistar había presentado una factura inexistente; el 13 de junio a las 5:56 pm, el IFT me envió un correo diciéndome que el NIP de portabilidad que me había dado Movistar ya había expirado, de manera que me recomendaban comenzar nuevamente el trámite.

Le informé esto vía Twitter a los ejecutivos de Movistar, y su respuesta fue:






*suspenso*

*suspenso*






28 de julio de 2014

Más extraño que la ficción (I)

Cuando en el infierno se habla del servicio telefónico de México, los condenados al fuego eterno sienten pena por nosotros.

¿Qué dijeron? ¿Se cambió a American Express y vivió feliz para siempre? Ojalá la vida fuera así de fácil.

Déjame contarte la historia del regalo de navidad más costoso que me he hecho en la historia del tiempo que llevo haciéndome regalos de navidad a mí misma, o cómo le hice para pasarme el 47% de lo que llevamos del 2014 sin servicio telefónico.

Todo comenzó en diciembre de 2013, cuando decidí que quería un Moto X.  El Moto X, por si no lo saben, es un teléfono perfecto, y es importante aclarar que nada de esto fue su culpa. Faltando todavía 6 meses para que terminara el plazo forzoso de mi plan con Iusacell, saqué un MotoX con ellos; Iusacell, a diferencia de otras compañías, ofrecía el teléfono al mismo precio, pero con un año de servicio incluido.  No me vendría mal tener el servicio pagado seis meses después de que terminara mi plan, pensé, así que el sábado 13 de diciembre fui a comprarlo a un Centro de "Atención Especializada" de Iusacell, y le expliqué al "asesor" que quería tener mi número actual en el teléfono nuevo; me dijo que no había ningún problema, excepto que no tenían Moto Xs en existencia, y para que pudieran pedir uno el cliente (yo) lo tenía que pagar por adelantado, así que lo hice.

Si yo hubiera sabido lo que me esperaba en este momento de felicidad...

Una semana después, el día 20, llega el Moto X, y todo es felicidad, excepto, me comenta el "asesor", que no tienen sistema para hacer el cambio de línea.  "Debe regresar en cualquier momento", dice, "porque ya llevamos así dos semanas."   Amablemente, no lo niego, se ofreció a avisarme cuando tuvieran sistema y a hacer el cambio de líneas de forma remota para que yo no tuviera que regresar al "CAE".   El día 27, por fin, me dice que ya hay sistema, que hará el cambio de línea, que los teléfonos se quedarán sin servicio unos 15 minutos, y que cuando se reactiven hay que marcar *228.

Pasaron 15, 20, 30 y 60, y nunca regresó el servicio.  Me puse en contacto con el asesor, y me dijo que aparentemente se habían quemado los chips, y que no me preocupara, que pasara al "CAE" al día siguiente y me darían unos nuevos.

Día 28: Un asesor diferente me explica amablemente que no tienen sistema, así que no pueden hacer nada, ni tener acceso a mi cuenta ni mucho menos reactivarme ninguno de los dos SIMs.  "¿Como cuánto tardará?" "No sabemos, pero si gusta puede regresar en 45 minutos."

Compañero, no te voy a quitar el tiempo: pasaron 45, 150, 300, 1000 y 10,000 minutos.  Pasaron exactamente 36 días y nunca regresó el sistema de Iusahell.  El día 6 de enero, después de 10 días de cargar dos ladrillos por la vida, puse dos quejas ante el IFT y Profeco (una por cada teléfono), y el 23 de enero tuve una sesión de Concilianet por cada queja.  Iusashit, déjenme platicarles, no considera un abuso tener a un usuario sin servicio telefónico por un mes, ni porque el usuario esté pagando el servicio.  Su idea de "conciliar" fue reembolsarme un mes del servicio que no me prestaron en el plan de plazo forzoso, y reembolsarme UNO de los SIMs que se quemaron durante el relajito... Yo terminé pagando el otro, porque por el amor de Dios, ya estaba harta de lidiar con esa gente y sus groserías.  Ah, y aceptaron el Moto X que me había servido una semana, sin cobrarme nada por la semana que lo usé, ¡woo!

Pero bueno.  Otro Moto X (más económico, y aparte liberado) llegó a mi vida, y no me quedó más que esperar a que venciera el plan para cambiarme de compañía, y ya, ahí acabó todo.

¡Eh, finta!

Llegó el 8 de mayo, día mágico en que acababa mi plan con Iusashit.  Tomé mis precauciones: averigüé qué día había que solicitar la cancelación, cuándo se podía solicitar la portabilidad a otra compañía (en este caso, movistar), cuál era el procedimiento, etc.   ¿QUÉ PODÍA SALIR MAL?

La lista de cosas que salió mal es ridículamente larga.  Tanto así, que la dejo para la siguiente entrada.