Oigan, ¿se acuerdan de cuando Josefina Vázquez Mota no podía ser presidenta porque estaba muy fea? ¿Se acuerdan de cuando en un evento para programadores las mujeres estaban consideradas para asistir en calidad decorativa? ¿Se acuerdan de cuando cuatro fulanos violaron a una niña de 15 años, y cuando se supo (porque ellos distribuyeron fotos de su "hazaña") todos se le echaron encima a ella por zorra, y ella se suicidó? ¿Se acuerdan de cuando dos jugadores de futbol americano violaron a una chica (que estaba inconsciente) durante una fiesta y nadie dijo nada hasta que Anonymous intervino, y cómo después de que los violadores recibieran condenas mínimas la cobertura mediática fue sobre lo terrible que será sus carreras atléticas tener antecedentes penales?
Todo esto, en los últimos doce meses.
Y un buen día, me encuentro con este anuncio, sin el comentario editorial.
a) Si van a etiquetar a las mujeres como algo, que no sea como platos de un buffet. Me gusta la comida, y conozco muchos buffets muy buenos, y ni pensando en el mejor y más elegante buffet que conozco se me hace buena idea etiquetar a nadie como plato de buffet.
b) Qué, ¿las mujeres no toman cerveza? Lo más asombroso del caso es que las mentes detrás de este concepto tan sexista supongan que hay hombres que toman Tecate Light.
Me dio gusto encontrarme con que Ludivine Cicolella, Elizabeth Wejebe y Rafael Gamboa no sólo pensaron lo mismo que yo, sino que articularon el defecto más grande de la campaña no sólo como se ve en la imagen anterior, sino además en un texto coherente y sencillo, que llegó al corazón de 9,381 mexicanos (supongo) que también estaban en desacuerdo con esa campaña espantosa, publicado en Change.org
Pienso que quizá cada uno de esos 9,381 mexicanos estaba sufriendo en silencio hasta que se encontró con la petición de Ludivine, Elizabeth y Rafael. Y lo pienso porque a pesar de que la petición apenas llevaba unas 8,000 firmas cuando se empezó a retirar la publicidad, la realidad es que donde se ha hablado al respecto hay comentarios estúpida y ridículamente idiotas, como el que usé para el título de esta publicación... y que tristemente, es de los menos groseros que he visto.
Amargadas, feas, gordas, envidiosas... sin sentido del humor; ridículas, exageradas, bigotonas. Inseguras. Lesbianas (¿?). Eso somos 9,381 mexicanos, entre los que se encuentran cuando menos un Rafael, un Daniel, un Valentino, un Roberto, un Jorge y un Miguel.
Las objeciones a la objeción incluyen decir que hay cosas peores. Que los anuncios de Suavitel ponen a la mujer como "simple ama de casa" (porque plato de buffet = ama de casa). Que por qué nadie se anda quejando de los anuncios de Lady English (Yo, en lo particular, porque no lo he visto; el resto de la gente, probablemente porque hay menos casos de hombres que viven con miedo a que una mujer intente domesticarlos que de mujeres que viven con miedo a que alguien las viole porque las mujeres para eso sirven).
Ojalá basten las voces independientes de 8,000 personas para llevar a un cambio; si hacemos aunque sea lo mínimo por evitar que este tipo de ideas se perpetúen, quienes crezcan menos expuestos a ellas vivirán en un ambiente más sano, y quizá haya menos mujeres que un día descubran que alguien las considera objetos decorativos.
* * *
"¿Por qué es importante para ti?," pregunta Change.org. Éstas son algunas de las respuestas de la gente:
Tengo Hijas, Madre y Esposa, y no son objetos son el complemento de vida.
Por la inocencia de mis hijos, es para mi muy importante que no esten viendo ese tipo de anuncios en la calle.
Al principio fue chistoso lo de "closet" o "baño" (la silla llena de ropa y el arbol)... pero lo de buffet y prima siempre me ha molestado, si es ofensivo.
Soy un hombre, no un animal estúpido que sólo vive por instinto. Nadie me pertenece, a nadie le pertenezco.
Tengo hijas.
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Léase también: Cerveza y Sexismo, editorial de Antonio Salgado Borge, en el sitio del Diario de Yucatán.
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