El ser humano es orgulloso para muchas cosas, pero para nada tanto como lo es en lo que concierne a sus sentimientos. Retaría a quien se considerase inocente a tirar la primera piedra, excepto que seguramente más de una persona lo haría sin dudar. Nadie quiere admitir que teme, que desconfía o que duda. Nadie quiere aparentar vulnerabilidad, a pesar de que nadie es invulnerable. Pensamos que vulnerabilidad es sinónimo de debilidad, cuando una debilidad es una carencia, mientras que decirse vulnerable significa admitir que se es susceptible a ser herido. Y ¿quién no es susceptible a ser herido? ¿quién considera tener un corazón que late, una carencia?
Paulo Coelho escribió hace poco que el amor es un constante estado de ansiedad, un campo de batalla; que está compuesto de éxtasis y agonía. Es un campo de batalla porque es literalmente una lucha de poderes, un constante estira y afloja en el cual ninguna de las dos partes quiere ser el que quiere más, porque todos saben que el que quiere menos manda, y que abrirse y sincerarse y hablar con la otra persona sobre sentimientos es un error que invariablemente tendrá consecuencias que muy probablemente acaben con la relación. Y ahí está la agonía y el éxtasis: si me siento querida, estoy en éxtasis, pero tengo miedo de corresponder, y lo hago veladamente, o no lo hago; la otra persona, al no sentirse correspondida, retrocede, en agonía, y las cosas se "nivelan" cuando yo doy un paso para mostrarle a la otra persona que la quiero, y el proceso comienza de nuevo.
Qué fácil sería sólamente hablar. Pero no hablamos porque tenemos que balancear el cuidado de nuestra guardia con el respeto a los sentimientos de la otra persona, y es más fácil dejar que las acciones hablen por nosotros. Las palabras pueden no ser verdaderas, pero el lenguaje de las acciones es confuso y prolonga la agonía, la paranoia y la frustración ante una situación que nos rompemos la cabeza tratando de entender.
¿Somos buenos amigos o buena gente? Ése es uno de mis mayores temores en lo que a relaciones humanas se refiere. ¿Somos tú y yo, o somos dos personas que coexisten en un tiempo y espacio?
Alguna vez leí que en la Biblia se mencionaba que el corazón del hombre es de barro, y que en él está romperlo para sustituirlo por uno de carne. De ahí que aquella canción diga "Take this heart and make it break." ¿No es fascinante? Un corazón que no se rompe, no late. No vive de verdad. No tiene historia, no tiene nada qué decir, no ha aprendido nada porque no se ha usado. Nadie quiere tener un corazón roto, pero un corazón roto es la evidencia de un corazón que se entregó de verdad, y ¿no es eso hermoso?
Toma más valor el aceptar y abrazar la vulnerabilidad propia que fuerza el esconderla.
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