Cómo fue que me decidí a lanzarme a Phoenix, supongo que jamás lo sabré. Creo que la principal razón fue que decidí que no podía aguantar escuchar comentarios y comentarios de las personas que ya habían ido a San Diego, a San José, a Anaheim... Esperar *hasta* el verano iba a ser demasiado... Y si se estaba presentando la oportunidad, pues había que tomarla.
Me fui el martes 12 de abril, y aún el lunes, no había nada seguro. Ahora me doy cuenta que subirme al autobús ese martes fue un acto de fe.
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