Yo que llevo enterrados tantos sueños,
yo que guardo tantas tumbas en el alma,
no sé por qué sollozo y tiemblo
al cavar una mas en mis entrañas.
Yo sí sé. Porque en este tipo de situaciones, la resistencia de la que uno se hace con la práctica funciona a manera de curva. A pesar de que la primera herida siempre es la más profunda, llega un momento en el que la esperanza de que la anterior sea la última también empieza a doler.
La recuerdo mucho porque mi madre que la cantaba seguido y ahora ya tiene 3 años que se me fue
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