11 de noviembre de 2007

Tragedia. Parte III.


Al paso al que vamos, "tragedia" debería ser uno de mis tags. Que nunca se diga que no tengo concepto del dramatismo.

Todos los que me conocen (y me imagino que eso incluye a toda la gente que por cualquier casualidad del destino se ha encontrado en este antro de perdición) saben que la única actividad en mi vida que compite con mi adicción al internet es la televisión. Consumo TV cual si fuera el café del fulanito de sistemas. Cual si fueran los libros de Florentino Ariza. Cual si fueran los zapatos de Imelda Marcos. Amo la TV, y por lo mismo, le exijo mucho. No me conformo con cualquier pavada de Two and a Half Men o According to Jim, y le pongo los ojos en blanco a CSI como que el cielo es azul. Profiero improperios en contra de Lost (y últimamente de Grey's Anatomy, *snif*) porque saben cómo regarla en serio. Acepto la importancia de la suspensión de la incredulidad por Heroes y Ugly Betty porque proponen y a fin de cuentas, envuelven. Y me inco frente a Pushing Daisies, 30 Rock, The Daily Show y The Colbert Report porque si fueran más brillantes los fabricantes de lentes oscuros se harían (más) millonarios.

Pero ¿saben qué? Sé que ni Milo Ventimiglia ni Peter Petrelli, ni Kristin Chenoweth ni Olive Snook, ni Jason Bateman ni Michael Bluth, ni William Petersen ni Gil Grissom merecen ni el crédito ni la culpa: todo lo que me gusta y me disgusta de la TV (excepto Jennifer Love Hewitt *gag*) viene de las cabecitas locas de los escritores que crean las situaciones y los diálogos que llenan mi pantalla de glorioso technicolor cada día. Cuando le grito a Meredith Grey, le grito a Shonda Rhimes y a sus malvados secuaces. Cuando le ofrezco hijos en mi cabeza a Jon Stewart, se los ofrezco en realidad a él y a otras 15 personas, de las cuales una es mujer. Todo viene de los escritores.

¿Y ahora los estudios consideran que un tercio de centavo de dólar por dólar de ventas en DVD y CERO entradas residuales por transmisión en new media (incluyendo internet) es justo? Un DVD tiene un costo de producción en DVD de 16 centavos de dólar. POR DVD. Que se vende, en Estados Unidos, a un promedio de $15 a $20 dólares. Todo internet está lleno de anuncios de chicle, y de jabón, y de Nissan y de mil otras cosas que hacen evidente que sí hay ganancias en los new media. ¿Y qué piden los escritores? Dos tercios de centavo de dólar por dólar de ventas en DVD, y pagos residuales por transmisión en new media (es decir, lo mismo que se les paga ahora por la transmisión de repeticiones). De eso se trata esta huelga.

Apenas ayer vi los dos últimos episodios de TDS y TCR que salieron al aire, y sólo de pensar en que en más o menos un mes no habrá más televisión nueva, por aún no sabemos cuánto tiempo, me entra el síndrome de abstinencia y empiezo a temblar y a sudar frío. Quiero que regrese mi TV. Pero también quiero que la gente que crea la TV de calidad sea justamente remunerada por su trabajo.

Así que apoyo la huelga del Writers' Guild of America. Dos tercios de dólar por dólar, pagos residuales y aumentos para todos.

Excepto para los idiotas que concibieron y/o aprobaron la abominación que es y sigue siendo Gizzie. DIAF, quienquiera que sean.

2 comentarios:

  1. Ojala y se soluciones todo ese desmadre de injusticia, no soportaria que Sony y Warner Channel se llenen de reality shows...

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  2. Yuck, ni lo digas. Para los estándares de calidad que tienes los reality shows, prefiero leer libros. O peor aún, socializar con otros seres humanos *gasp*

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