De regreso al siglo XXI. |
El lugar donde los sueños se hacen realidad, los quejitos se escriben en mayúsculas y la gente llega en su mayoría porque odia a Banamex.
22 de enero de 2013
21 de enero de 2013
Hoy Banamex hizo una cosa inútil
16 de enero de 2013
Andy Andy
Después de dos años de BlackBerry, tuve ante mí la oportunidad de cambiarme a un buen Android. No es que odiara la BB, pero me habían ofrecido un Samsung Galaxy S2, y yo estaba en un plan arcaico que aún me obligaba a pagar casi $200 MXP adicionales al mes por el "servicio BlackBerry". Lo único que necesitaba era cambiar a GSM, así que tenía que renovar mi plan para obtener un teléfono con chip.
Después de varios intentos que fallaron debido al pésimo servicio que hay en los Centros de Atención a Clientes de Iusacell, por fin lo logré, aunque hay que decir que el proceso no fue ni fácil, ni rápido, ni agradable. Me ofrecieron otra BB, con el argumento de que el servicio BB ya no se cobraba aparte, sino que venía incluido dentro de la renta. No porque estuviera descontenta, sino porque de todas maneras iba a cambiar a Android en cuestión de semanas, preferí un Androidcito sencillito (un HTC Wildfire S), que venía gratis con la renovación.
Me daba lo mismo. Lo único que quería era un chip para ponerle al Galaxy S2 que me esperaba en el futuro. Cuestión de tiempo. Mientras, ¡a jugar con el teléfono! ¡Apps! ¡Fotos! ¡Draw Something! ¡Google Plus! ¡Facebook! Er, mis notificaciones no funcionan-- En breve, investigando un poco sobre el Wildfire S me encontré con que llevaban aproximadamente un año descontinuados, y que en su mayoría habían venido con un fallo en la memoria que hacía imposible guardar las aplicaciones en la tarjeta MicroSD, y que las notificaciones dejaban de funcionar cuando quedaban ya sólo 20 Mb libres, de manera que era un teléfono que tenía efectivamente 100 Mb para aplicaciones.
Cuestión de tiempo.
Pero el tiempo pasó y pasó, y el S2 nunca llegó, así que tomé el asunto en mis manos y después de tres meses de restaurar el teléfono a su configuración de fábrica cada dos semanas, y de haber abandonado el Draw Something, el Google Plus y el Facebook móviles, encontré la felicidad gracias a un montón de gente que colaboró para hacerme de la cosa más hermosa del mundo:
Quisiera tener un video donde el amor de mi vida (v.2012.09) y yo corremos por un campo de margaritas, damos vueltas tomados de las manos, nos columpiamos con flores en el cabello y tomamos una malteada con dos popotes, pero cual Catalina de Aragón, me quedé viuda antes de tiempo dos semanas después de haber tomado la foto anterior. No más Instant Upload, no más Google Now, no más llamadas ni mensajitos: simplemente no agarraba señal más que con WiFi. Y es que yo lo quería, pero lo quería como teléfono, no como la versión mejorada de un iPod touch.
A pesar de que era nuevo, me encontré en el limbo de la desesperación, entre Iusahell que me mandó a volar dos veces porque no era el teléfono de porquería que ellos me habían dado; Google, que hizo todo lo posible, pero me turnó a Samsung, viendo que no tenían acceso a los datos de configuración de Iusa y no podían hacer pruebas con ellas; Samsung México, que me mandó a volar, y Samsung EE.UU., que me dijo que sin problemas me solucionaban todo en garantía y pagaban el envío de regreso, pero no el de ida, ni los impuestos de re-entrada del teléfono.
Dispuesta a todo, decidí intentar que una persona real viera el teléfono antes de enviarlo de regreso a su país de origen y hacerlo recorrer más kilometraje en un mes que yo en un año. Lo llevé a uno de esos (miles de) locales donde reparan todo tipo de teléfono y hacen "flasheos, rooteos, desbloqueos" y otros asunteos.
—¡Cosa de nada! $500 si lo arreglo, y si no nada y te lo dejo como salió de la caja para que lo reenvíes a EE.UU. Mañana está listo— dijo el chaval.
CORTE A: UN MES DESPUÉS.
—Borré todos los programas que usé para tratar de arreglar tu teléfono. Prefiero pagarte lo pagaste por él que conseguirlos otra vez, así que ¿cuánto te debo?
—FTS. Whatever. Aquí está el estado de cuenta de mi tarjeta de crédito.
—¿Me haces un descuento?
*mirada de odio*
Resignada a regresar al HTC de porquería hasta que alguien más pudiera ingresar al país un Galaxy Nexus por su justo precio de $350 USD, me encuentro con la mejor noticia del mundo: Google anuncia que ya viene el Nexus 4. Mi respuesta, obviamente, fue interpretarlo como una señal del cielo:
Cuestión de tiempo, dije entonces. Y seguí diciendo hasta que leí que ahora parece ser más probable conseguir uno de los Nexus 5 fabricado por Motorola que tal vez se anuncie en Febrero que un Nexus 4 porque LG opina que lo suyo lo suyo no es hacer celulares para venderle a Google.
Y habría esperado gustosa, si el 31 de diciembre, en el estacionamiento de un supermercado de cuyo nombre no quiero acordarme, no hubiera ocurrido una tragedia.
Pregunta. Y pregunto porque una amiga quiere saber. ¿Qué puedes hacer con un telefonito de porquería que depende totalmente de su pantalla táctil cuando ésta se rompe?
Respuesta: Nada. Absolutamente nada.
Después de varios intentos que fallaron debido al pésimo servicio que hay en los Centros de Atención a Clientes de Iusacell, por fin lo logré, aunque hay que decir que el proceso no fue ni fácil, ni rápido, ni agradable. Me ofrecieron otra BB, con el argumento de que el servicio BB ya no se cobraba aparte, sino que venía incluido dentro de la renta. No porque estuviera descontenta, sino porque de todas maneras iba a cambiar a Android en cuestión de semanas, preferí un Androidcito sencillito (un HTC Wildfire S), que venía gratis con la renovación.
Me daba lo mismo. Lo único que quería era un chip para ponerle al Galaxy S2 que me esperaba en el futuro. Cuestión de tiempo. Mientras, ¡a jugar con el teléfono! ¡Apps! ¡Fotos! ¡Draw Something! ¡Google Plus! ¡Facebook! Er, mis notificaciones no funcionan-- En breve, investigando un poco sobre el Wildfire S me encontré con que llevaban aproximadamente un año descontinuados, y que en su mayoría habían venido con un fallo en la memoria que hacía imposible guardar las aplicaciones en la tarjeta MicroSD, y que las notificaciones dejaban de funcionar cuando quedaban ya sólo 20 Mb libres, de manera que era un teléfono que tenía efectivamente 100 Mb para aplicaciones.
Cuestión de tiempo.
Pero el tiempo pasó y pasó, y el S2 nunca llegó, así que tomé el asunto en mis manos y después de tres meses de restaurar el teléfono a su configuración de fábrica cada dos semanas, y de haber abandonado el Draw Something, el Google Plus y el Facebook móviles, encontré la felicidad gracias a un montón de gente que colaboró para hacerme de la cosa más hermosa del mundo:
Eshte bebeshito. |
Quisiera tener un video donde el amor de mi vida (v.2012.09) y yo corremos por un campo de margaritas, damos vueltas tomados de las manos, nos columpiamos con flores en el cabello y tomamos una malteada con dos popotes, pero cual Catalina de Aragón, me quedé viuda antes de tiempo dos semanas después de haber tomado la foto anterior. No más Instant Upload, no más Google Now, no más llamadas ni mensajitos: simplemente no agarraba señal más que con WiFi. Y es que yo lo quería, pero lo quería como teléfono, no como la versión mejorada de un iPod touch.
A pesar de que era nuevo, me encontré en el limbo de la desesperación, entre Iusahell que me mandó a volar dos veces porque no era el teléfono de porquería que ellos me habían dado; Google, que hizo todo lo posible, pero me turnó a Samsung, viendo que no tenían acceso a los datos de configuración de Iusa y no podían hacer pruebas con ellas; Samsung México, que me mandó a volar, y Samsung EE.UU., que me dijo que sin problemas me solucionaban todo en garantía y pagaban el envío de regreso, pero no el de ida, ni los impuestos de re-entrada del teléfono.
Dispuesta a todo, decidí intentar que una persona real viera el teléfono antes de enviarlo de regreso a su país de origen y hacerlo recorrer más kilometraje en un mes que yo en un año. Lo llevé a uno de esos (miles de) locales donde reparan todo tipo de teléfono y hacen "flasheos, rooteos, desbloqueos" y otros asunteos.
—¡Cosa de nada! $500 si lo arreglo, y si no nada y te lo dejo como salió de la caja para que lo reenvíes a EE.UU. Mañana está listo— dijo el chaval.
CORTE A: UN MES DESPUÉS.
—Borré todos los programas que usé para tratar de arreglar tu teléfono. Prefiero pagarte lo pagaste por él que conseguirlos otra vez, así que ¿cuánto te debo?
—FTS. Whatever. Aquí está el estado de cuenta de mi tarjeta de crédito.
—¿Me haces un descuento?
*mirada de odio*
Resignada a regresar al HTC de porquería hasta que alguien más pudiera ingresar al país un Galaxy Nexus por su justo precio de $350 USD, me encuentro con la mejor noticia del mundo: Google anuncia que ya viene el Nexus 4. Mi respuesta, obviamente, fue interpretarlo como una señal del cielo:
The Android Phone of My Dreams, it was. |
Y habría esperado gustosa, si el 31 de diciembre, en el estacionamiento de un supermercado de cuyo nombre no quiero acordarme, no hubiera ocurrido una tragedia.
Pregunta. Y pregunto porque una amiga quiere saber. ¿Qué puedes hacer con un telefonito de porquería que depende totalmente de su pantalla táctil cuando ésta se rompe?
Respuesta: Nada. Absolutamente nada.
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