No podría decir por qué, exactamente (aunque tengo alguna idea), pero me he dado cuenta de que en estos últimos días, los primeros del año, empecé a escuchar la música otra vez.
Nunca he usado lentes, pero por las historias que he escuchado de la gente que los ha empezado a usar, creo que a veces así es conmigo y la música. A veces está ahí, y la oigo, pero no la escucho; no como debe ser. Y lo que siento puede sonar trillado o ridículo, pero la diferencia está en gran parte en cómo vibra y resuena en mí, y en lo que a través de ella llega por encima (o por debajo) de la música y letra. A veces pareciera que la música viene de mí, y no desde afuera.
No me había dado cuenta cuánto la extrañaba, pero me da gusto tenerla aquí otra vez.