1 de marzo de 2009

Magnificent

Y así una vez más llegamos a marzo, y éste es un marzo diferente, por más de una razón.

Esperé durante meses el nuevo disco de U2. Literalmente lo esperé. No como ocurrió con HTDAAB, que literalmente conté los días (aprovechando que estaba contando los días para salir de la Universidad). Simplemente, por las circunstancias en las que me encontraba, me hacía falta.

Y ahora no puedo explicarlo con exactitud. Cierto que a mis ojos ningún miembro de U2 se equivoca (demasiado), pero mientras más escucho el disco más me maravilla el hecho de que no existiera antes.

He decidido admitir que uno de mis hobbies es ir a conciertos de U2. ¿Que más? Es caro, sí; requiere condición física, habilidades sociales y una pequeña inversión económica. Vale cada centavo.